La aprobación de una tasa turística en Canarias no disminuiría la llegada de visitantes al archipiélago. Así lo defienden Juana María Alonso y Moisés Navarro, dos investigadores de la ULPGC que han elaborado un artículo, a raíz de las últimas manifestaciones contra el turismo, en el que analizan el efecto de este impuesto y el modo correcto de aplicarlo (La ecotasa hundirá a Canarias en un profundo “drama social”).
Según recoge Canarias7, los expertos se han basado en los datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC), que sostienen que, en 2023, un 29,6% de los turistas indicó que no tendría problema en gastar más en su viaje por motivos de sostenibilidad, mientras que otro 35,7% también afirmó que no era una de sus preocupaciones para dejar de visitar la isla.
Durante el artículo también hacen referencia a que, en 2017, Baleares inició el cobro de una ecotasa y su cifra de visitantes se incrementó. Así, consideran que si el objetivo es reducir el número de personas que vayan a Canarias de vacaciones, la medida es completamente “ineficaz” (Una ecotasa en Canarias haría pagar a los residentes que viajen por las islas).
“Es difícil anticipar que pasaría, todo depende de cómo se haga”, apuntan Alonso y Navarro, señalando que siempre “debe primar por encima de todo proteger los recursos medioambientales y el turismo”.
En este sentido, abogan por una “ecotasa óptima” para “toda la población” en base a la “demanda” de cada una de las regiones. Es decir, una tasa única para Canarias no sería viable a su juicio, ya que “no es lo mismo lo que ofrece Gran Canaria o Lanzarote, en ellas se ofrecen experiencias totalmente distintas”.
Otra alternativa sería “limitar las visitas y no cobrar ningún tipo de tasa”. Fija como ejemplo el Centro de Interpretación de Risco Caído, donde, aunque la visita es gratuita, se debe reservar a través de Internet, algo que ya evita que acudan más personas de las que puede soportar el recinto.