El presidente ejecutivo de Room Mate, Kike Sarasola, se sincera sobre la situación personal que atravesó en lo peor de la pandemia. En una entrevista concedida a El Mundo, reconoce que “han sido los tres peores años de mi vida, durísimos”.
“Después de haber estado en lo más alto, bajé a los infiernos. Era el primer empresario del mundo que dejaba sus hoteles a los sanitarios, me ponían como un ejemplo a seguir. Hasta que alquilo un apartamento a Isabel Díaz Ayuso en un Be Mate, nuestro segundo modelo hostelero, y me dan caña por todos lados”, apunta (Archivan la denuncia contra Ayuso por los contratos con Room Mate).
Recuerda que “Pablo Iglesias pidió mi cabeza en el Congreso, a pesar de que la presidenta pagaba religiosamente su estancia”. “Pero yo no podía defenderme y decir públicamente que estaba alojada allí, por la ley de protección de datos, era mi cliente”, aclara.
Tras la complicadísima etapa vivida, con un concurso de acreedores de por medio y la ruptura con Sandra Ortega, Sarasola mira ahora al futuro con optimismo gracias al respaldo de Angelo Gordon y Westmont Hospitality Group, los actuales propietarios de la cadena que dirige (Room Mate, en fase expansiva: pone el foco en un destino del norte de España).
“En un año hemos pasado de estar en concurso de acreedores, a poner la compañía en números positivos y sin deuda. Ha sido un trabajo duro, pero estoy muy cómodo, todo va fenomenal y tanto los inversores como nosotros, estamos muy contentos. La expansión es imparable”, sentencia.