La campaña antiturismo que acecha a las Islas Canarias ya empieza a hacer mella en los visitantes, con algunos que han manifestado abiertamente que dejarán de vacacionar en el archipiélago por los constantes mensajes turismofóbicos (Tenerife aparece llena de pintadas “tourists go home”).
Según recoge El Día, una pareja de viajeros alemanes ha enviado un mensaje a la responsable de una casa rural en Tenerife, señalando que “probablemente ya no iremos a su hermosa isla como turistas. No queremos ser parte de una destrucción aún mayor” (“La turismofobia que hay en Canarias comienza a ser preocupante”).
Y es que los ataques contra el turismo cada vez son más comunes. Todos los días aparecen nuevas pintadas de activistas con mensajes como “Tourist go home”, “tourist, respect my land”, o “tourist kill Tenerife” en paredes, fachadas y contenedores.
Inés Grillo, la empresaria receptora del mensaje, lamenta que “no es un caso aislado” y que la campaña turismofóbica “no tiene precedentes en la historia del archipiélago”. Asimismo, critica que “no se puede rechazar a los visitantes que nos dan de comer con esta xenofobia. Las pintadas están por todos lados”.
En este contexto, el sector hotelero canario también comienza a detectar cierto temor entre aquellos que se plantean visitar alguna de sus islas. El presidente de Ashotel, Jorge Marichal, revela a Cope Tenerife que los alojamientos están recibiendo cada vez más llamadas para conocer “si es seguro” ir de vacaciones a Tenerife.
“Estamos jugando con el modus vivendi de nuestra sociedad”, lamenta el máximo responsable de la asociación, quien entiende el efecto que ello provoca en los turistas. “Estamos saliendo en televisiones en prime time en Inglaterra con mensajes turismofóbicos espoleados por gente a la que me gustaría explicar las consecuencias que esto puede tener”.
En su opinión, la crispación generada contra el turismo es consecuencia directa del alza desmedida del alquiler vacacional. “Lo que no se puede hacer es tener un crecimiento sin un acompañamiento en las infraestructuras. La culpa no es de la hotelería, ya que el número de plazas es inferior al de hace 10 años. Sin embargo, a través de la vivienda vacacional se han metido 200 habitaciones y más de 200.000 plazas, con los correspondientes clientes que se mueven por el territorio”, critica.