El 2023 ha sido un ejercicio histórico para Room Mate. Tras dos años de dura crisis por el azote de la pandemia que pusieron a la compañía al borde de la quiebra, ha conseguido cerrar su último año fiscal con beneficio neto positivo (no desvela a cuánto asciende), algo que nunca antes había ocurrido en sus casi 20 años de vida (Room Mate: récord de facturación y Ebitda en 2023).
La empresa ha informado de que el nivel de deuda se ha reducido a “cero”, con una facturación normalizada de 106,5 millones de euros gracias al crecimiento del 37% en el volumen de ventas. Su Ebitda se sitúa en 15,7 millones de euros, con un margen sobre ventas cercano al 15% (Kike Sarasola: “Es el mejor momento de la historia de Room Mate”).
Además, la hotelera que comanda Kike Sarasola espera que el 2024 sea aún mejor, ya que prevé un Ebitda de 24,1 millones (+53% vs 2023), y con un ratio de conversión a caja operativa prácticamente equivalente en una proporción 1 a 1. Igualmente, aspira a alcanzar una cifra de ventas en torno a los 150 millones de euros una vez estén ya todos los hoteles reformados y abiertos al 100%.
Para el actual ejercicio, el empuje de los establecimientos españoles será fundamental. Algunos ya crecen muy por encima del doble dígito, aunque otros están llegando incluso a registrar incrementos del más del 20% con respecto al año pasado en destinos como Málaga (más del 27%) o Madrid (más del 21%).
Tal es el optimismo de la compañía que se aventura a lanzar sus perspectivas para 2025. “Room Mate empezará 2025 con una imagen renovada, acorde a su filosofía y valores”. Su objetivo es incorporar 35 nuevos hoteles en los próximos 18 meses, lo que le permitirá pasar de 1.700 habitaciones a 3.600, duplicando su capacidad. Para ello, tiene prevista una inversión de más de 16 millones.