El estado de alerta o de emergencia, que permite a las autoridades policiales y del Ejército disponer de poderes ampliados, es relativamente frecuente en ciertas zonas del planeta. Que eso ocurra por las mafias que operan en el sector del transporte, fundamental para el turismo, es más extraño.
El Gobierno de Perú ha declarado el estado de emergencia en catorce distritos de Lima y Callao, por un periodo de 60 días, ante lo cual las autoridades de varios países europeos advierten a sus conciudadanos de tomar medidas de precaución extremas.
La razón de la medida de excepción es una huelga de sesenta empresas de transporte público que denuncian violencia y extorsión, dado que las pandillas violentas han tomado el control de amplias zonas de la capital, causando muertos y heridos graves en sus ataques.
El turismo en Perú se ha visto constantemente sacudido desde 2020, por una sucesión de problemas que comenzaron con la pandemia de Covid, que azotó con gran dureza al país; le siguieron las rebeliones populares contra el gobierno que sucedió a Pedro Castillo, lo cual fue muy grave en Cuzco, el lugar turístico por excelencia y, finalmente, varias enfermedades han ido causando alarma entre los turistas.