Barcelona acabará con todas las viviendas turísticas en el año 2028. Así lo ha anunciado en el día de hoy el alcalde Jaume Collboni, que sigue avanzando en la llegada de medidas contundentes para recuperar los pisos de uso residencial y acabar con la emergencia habitacional que azota a la región por el alza desmedida del modelo Airbnb (Barcelona, en pie de guerra contra los pisos turísticos).
Erradicará así los 10.101 pisos turísticos existentes a día de hoy en la ciudad. Para ello, se aplicará el Decreto ley del pasado 7 de noviembre, que establece que, en los municipios que presenten problemas de acceso a una vivienda permanente, o que ya tienen más de 5 pisos turísticos por cada 100 habitantes, la actividad sólo es compatible si lo permite el planeamiento urbanístico y siempre exista suficiente suelo para el uso de vivienda residencial (Cataluña pone coto a las viviendas turísticas a golpe de decreto).
También se recurrirá al Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), que desde 2017 regula la implantación de todo tipo de establecimientos de alojamiento turístico con la voluntad de hacerlos compatibles con el día a día y la mejora de la calidad de vida del vecindario. En el caso de los pisos turísticos, aboga por un crecimiento cero en toda la ciudad.
“Hoy tomamos decisiones para marcar un punto de inflexión en las políticas de vivienda. Hace falta más oferta de vivienda, y las medidas que presentamos son para poner más oferta para que la clase media trabajadora no tenga que marcharse de la ciudad porque no se puede pagar una vivienda”, ha destacado el edil.
Desde el Ayuntamiento entienden que “es necesario desplegar todas las herramientas necesarias para regular y restringir esta actividad”, porque “la ciudad no puede permitirse que una cifra tan elevada de pisos se destine a la actividad turística”.