Benidorm vuelve a arrasar como destino turístico tanto para los nacionales como para los extranjeros. La capital turística de la Costa Blanca se aproxima en estos días al lleno técnico, con hoteles con ocupaciones superiores al 90%, playas abarrotadas y restaurantes que no dan abasto (Benidorm, al borde del lleno para el puente de agosto).
Según revelan fuentes municipales a La Información, la ciudad triplica e incluso prácticamente cuadruplica su población en verano. Hay unos 70.000 habitantes empadronados, aunque la población real ronda la cifra de 130.000. Pues bien, en temporada alta, especialmente en agosto, alberga a más de 400.000 personas, con picos de hasta medio millón.
En la provincia también se produce un notable incremento. Según un informe del Patronato de Turismo, en los meses de julio y agosto se pasa de los aproximadamente 1,9 millones de habitantes habituales a unos 3,5 millones.
Alex Fratini, empresario y miembro de Abreca, revela en declaraciones al citado medio que este puente de agosto es “la semana grande del turismo”, registrándose “los niveles más altos de actividad”. Explica que “son los tres días de más caja del año” y prevé que la facturación experimente un crecimiento del 10% respecto a 2022.
Tal afluencia de turistas acarrea una serie de inconvenientes. Además de las dificultades y disputas para hacerse con un sitio en la playa, muy comentadas por los medios ingleses, también se forman largas colas para lograr una mesa en un restaurante. A ello se añade el aumento del tráfico y las dificultades para aparcar (Benidorm: el plan para intentar “educar” a los turistas británicos).
Pese a ello, el alcalde, Toni Pérez, celebra la buena marcha de una industria clave para el municipio. “Benidorm es el lugar de la felicidad donde todo el engranaje funciona a la perfección en momentos de máxima afluencia”, resalta.