A falta todavía de los datos concretos del impacto de la quiebra del gigante alemán, FTI, el sector hotelero canario ya vaticina que dejará un agujero millonario al producirse a las puertas de la temporada de verano, especialmente en los establecimientos de Gran Canaria y Fuerteventura (FTI se declara en quiebra: sobrevuela el fantasma de Thomas Cook).
En declaraciones a Canarias7, el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), José María Mañaricua, ha reconocido que “la caída de FTI es una mala noticia y va a generar cuantiosas pérdidas”, ya que “la turoperación supone el 50% del turismo que llega a las islas y es conectividad” (Alerta en Canarias por la quiebra del gigante alemán FTI).
Por su parte, el líder de la patronal Asofuer, en Fuerteventura, Antonio Hormiga, está “muy preocupado” por los pagos del Impuesto General Indirecto Canario (IGIC). A este respecto, ha recordado que fue uno de los principales lastres de la caída de Thomas Cook, y teme que tengan que volver afrontar los pagos por las facturas de viaje generadas a FTI.
Por quitarle algo de hierro al asunto, algunas fuentes creen que la dimensión de la quiebra no será tan grande porque los impagos están repartidos entre muchos establecimientos. “Esta situación ayudará a que el impacto sea menor que el que tuvo Thomas Cook. Además, el volumen de pasajeros que mueve es menor”.
Como publicó Preferente, el grupo, cuya decisión ha truncado los planes de viajes de decenas de miles de turistas, representa el 15% del mercado alemán en Canarias, con una cifra aproximada de 500.000 viajeros. En 2023, tuvo un impacto económico de 800 millones en la región. Además, tiene inversiones en 30 hoteles del archipiélago.