El turismo no es el culpable de la crisis hídrica que azota a Canarias. Esa es la idea que ha manifestado el gerente del Consejo Insular de Aguas, Javier Davara, a la hora de analizar los sectores que mayor cantidad de agua consumen en la isla, mientras esta continúa en situación de declaración de la emergencia (Escarrer: “Los emisores estaban alertados por la sequía de España”).
En una entrevista concedida a El Día, ha detallado que “el sector turístico consume unos 21 Hm3 al año, que viene a ser el 10% del total de la isla”. Esta cifra se sitúa “muy por debajo del urbano, que supone el 35%”, ya que la mayoría del consumo del turismo procede de “las desalinizadoras que gestiona el CIATF en Adeje-Arona, en Fonsalía y en Granadilla, o de la veintena que algunos hoteles tienen autorizadas para el autoconsumo”.
“Con estos datos, creo que se puede sostener que el turismo no resta recursos al resto de sectores, puesto que hacen uso de unas instalaciones que fueron precisamente diseñadas para abastecer al sector turístico”, añade.
En este sentido, ha apuntado que “las aguas residuales que genera el turismo en el mayor núcleo de la Isla (Adeje.Arona), se depuran y reutilizan al 100% para el riego”. De hecho, pone como ejemplo que “durante la pandemia, cuando la ausencia de visitantes ocasionó una notable reducción en la producción de aguas residuales en los centros turísticos, se restringió considerablemente la disponibilidad de regenerada para el riego”.
En este contexto de alerta, Davara lamenta que las últimas precipitaciones “no han tenido un impacto significativo en la situación hídrica” de Canarias, cuyos embalses apenas han incrementado su capacidad. Es por ello que considera “cruciales las medidas que se barajan incluir en la declaración de emergencia que se aprobaron en el pleno del Cabildo”.