La Semana Santa está demostrando el fortalecimiento de una tendencia a la hora de reservar viajes en cuanto a un creciente perfil de viajero que espera a última hora para decidir su destino en función de las previsiones meterológicas.
Así lo prueba el boom de reservas de ‘last minute’ que está desbordando a la hotelería canaria, en contraste a las cancelaciones masivas que vienen registrándose en la Costa del Sol malacitana y en la provincia de Cádiz (Avalancha de turistas en Canarias: “No damos abasto”).
Las patronales hoteleras de ambos destinos corroboran el cambio al minuto de la demanda, puesto que el archipiélago atlántico está en vías de terminar su temporada alta, mientras que el sur peninsular tiene tradicionalmente en estos días de procesiones uno de sus picos de ocupación y tarifas del año (Costa del Sol: cancelaciones generalizadas por el mal clima).
El auge de la venta directa y las low cost están estimulando a que el cliente sienta que puede apurar al máximo su elección de lugar de vacaciones, frente a la antelación más característica de la turoperación que se centra en el producto vacacional de playa.
La planificación hotelera, por lo tanto, está viviendo un nuevo condicionante con esta cada vez más fuerte preferencia de la demanda, con la expectativa de que pueda ir además reforzándose especialmente para las semanas pico de cada año.