Inquietud en el sector turístico por la intención del Gobierno de reducir la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. La reforma impulsada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es vista con especial preocupación por los empresarios turísticos, que alertan de las nefastas consecuencias que traería consigo para la economía española y la generación de empleo (La reducción de jornada que plantea Yolanda Díaz supone un golpe al turismo).
En declaraciones a Preferente, el presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas, se muestra tajante al respecto, afirmando que “estamos absolutamente en contra”. “En el caso concreto del sector turístico, sería muy difícil de aplicar porque damos un servicio 24 horas y los turnos ya son de por sí muy complicados de cuadrar”, argumenta.
Para Molas, además de consensuar medidas de esta índole con las principales organizaciones empresariales a nivel estatal, como es el caso de CEOE, sería crucial que “los representantes turísticos más representativos también tuvieran voz en una posible negociación con la ministra Díaz”. Avisa, además, del riesgo que implicaría que “tomen decisiones unilaterales porque tienen un absoluto desconocimiento de nuestro sector”.
Paralelamente, Molas lamenta que el Gobierno sí dedique especial atención a este tipo de proyectos y obvie por completo las necesidades de la primera industria del país. “Es una vergüenza que todavía queden dos plazos de los fondos Next Generation que vencen antes de 2026 y que el sector haya recibido hasta ahora cuatro miserables euros”, exclama (“Los fondos Next Generation se distribuyeron al menudeo”).
“Puede que el Gobierno piense que el turismo no necesita nada porque ya va solo, pero es necesario recordar que los empresarios han aguantado más de dos años de pandemia como han podido, mostrando una capacidad de resistencia tremenda. Además, las empresas están devolviendo todos y cada uno de los créditos solicitados”, sentencia.
Exceltur, el otro gran lobbie del sector, ya alertó del impacto que acarrearía la reducción de la jornada laboral. Concretamente, lo cifró en 2.348 millones de euros por “la necesidad de suplir las horas reducidas en las posiciones donde no es posible compensarlas por un uso más eficiente del tiempo de trabajo”. Según sus estimaciones, dicha medida traería consigo un aumento medio del 4,9% de los costes laborales totales de las empresas turísticas, así como una reducción media del 8,1% de sus beneficios anuales.
La mesa de negociación creada para debatir la reducción de la jornada volverá a reunirse el próximo lunes 9 de septiembre. De momento, el planteamiento del ministerio de Yolanda Díaz tiene a los empresarios en pie de guerra, al entender que reducir el tiempo de trabajo de sus empleados (sin recorte de salario) pondría en riesgo la viabilidad de multitud de empresas.