El presidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, hace una lectura positiva de lo sucedido en Semana Santa, festividad que se ha visto empañada desde el punto de vista turístico por la borrasca Nelson (Costa del Sol: el turismo respira tras las lluvias de Semana Santa).
Según expone, “el balance de este periodo festivo nos lleva a una importante reflexión, pues, ante la sequía que padecen muchos de los destinos españoles y europeos, las últimas y copiosas lluvias serán sin duda muy importantes para nuestros hoteles y sus expectativas para el resto del año”.
Se muestra convencido de que el agua recogida en los últimos días “impactará favorablemente en una normalización operativa del sector (ante las amenazas de restricciones hídricas en algunos destinos), así como en una mayor confianza de nuestros mercados emisores, alertados por las noticias sobre la sequía”.
En lo que respecta a los resultados de su cadena en Semana Santa, Escarrer hace un balance “razonablemente positivo a pesar de que no ayudaron ni la climatología, ni el calendario”. “Y es que, junto a las adversas condiciones meteorológicas de muchos de los destinos más populares en estas fiestas, la coincidencia de la fiesta de Pascua en el mes de marzo suele afectar de manera negativa al resultado del sector turístico”, señala.
“En conjunto, tanto los hoteles urbanos como vacacionales han resistido razonablemente bien”, destaca. Los primeros ha cerrado la festividad con “un ligero incremento de los ingresos respecto a 2023”, mientras que los segundos han igualado el volumen de negocio de hace un año “gracias a la mejora lograda en la tarifa media (+11%), que contuvo el impacto de la menor ocupación”.
Por destinos se ha producido un impacto especialmente importante por la climatología en los de costa peninsular, con una caída importante de la ocupación media. Todo lo contrario ha ocurrido en Canarias, donde la ocupación ha subido un 7% y la tarifa media evolucionó también muy favorablemente.