La Inteligencia Artificial se está implantando a gran velocidad en las empresas. De hecho, más del 10 por ciento de ellas ya utilizan la IA en sus labores más cotidianas y el sector turístico no es ajeno a esta revolución tecnológica, aunque las posibilidades que ofrece sigue generando muchos interrogantes.
La inteligencia artificial en el turismo permite la personalización de las ofertas turísticas, adaptándolas a los intereses y preferencias de cada viajero. Los algoritmos de IA permiten actualizar datos demográficos, preferencias de viaje, historiales de reservas anteriores y otra información relevante para brindar recomendaciones personalizadas y crear experiencias únicas e individualizadas para cada cliente.
A través del análisis del Big Data, la Inteligencia Artificial tiene la posibilidad de identificar patrones y tendencias en el comportamiento de los turistas. De esta manera, las empresas pueden tomar decisiones con una mejor información a la hora de lanzar estrategias de marketing, desarrollar campañas más efectivas. (Destinia: “Con la IA tienes el mejor agente de viajes que puedes encontrar”)
A efectos prácticos, la Inteligencia Artificial permite que cuando un cliente llegue a un hotel esté todo listo, con el colchón perfecto según altura y peso, un determinado tipo de almohada que se adapta a la postura a la hora de dormir. Estas preferencias las descubre la Inteligencia Artificial tras analizar datos de los clientes.
Riu es una de las cadenas hoteleras que confía desde hace meses en la Inteligencia Artificial para mejorar su relación con sus clientes. El chatbot de la hotelera española entiende cuando un cliente quiere hacer una reserva y le hace las preguntas pertinentes (hotel, número de habitaciones, fechas, etc.) para generarle un enlace directo al hotel y habitación deseada. Un 73% de los usuarios que inician este flujo de disponibilidad lo completan. Otra ventaja del chatbot es el registro y guardado de información de las conversaciones, lo que permite al equipo de datos monitorizar los temas principales, tendencias, puntos débiles y posibles problemas puntuales. (Riu recurre a la inteligencia artificial para mejorar el proceso de reservas)
La experiencia de los clientes ayuda a que la Inteligencia Artificial aprenda y mejore la experiencia. Otro ejemplo llamativo tiene que ver con el minibar: el algoritmo sabe con qué bebidas hay que rellenar el pequeño frigorífico de la habitación según quien vaya a ocuparla. También la IA determina qué actividad elegirá cada uno de los visitantes.
Un hotel de 3 estrellas del centro de Granada lleva unos meses aplicando la Inteligencia Artificial en la relación con sus clientes. Las estancias son también completamente inteligentes, mediante la domotización se pueden activar por voz o mediante un ipad tanto las luces como las cortinas. Y la zona del baño no se queda atrás cuenta con espejos inteligentes donde poder activar YouTube y ver un vídeo mientras el cliente se ducha.