En pleno invierno, hacer turismo en Islandia se ha convertido en una aventura. Un paro de los empleados de hoteles y sobre todo el desabastecimiento de combustible para coches en las gasolineras está bloqueando el turismo, con consecuencias importantes para una de las ramas económicas más dinámicas de la isla.
Este jueves las gasolineras empezarán a quedar desabastecidas, con posibilidad de que los supermercados comiencen a sufrir consecuencias en unos días.
Igualmente, los empleados hoteleros han iniciado una huelga reivindicando aumentos salariales.
Los paros son los efectos del fracaso de las negociaciones entre patronales y sindicatos para conseguir actualizaciones de sueldos. Efling, el sindicato dominante en el país y muy especialmente en la capital y sus alrededores, no ha querido aceptar el acuerdo propuesto por la patronal, que en cambio sí ha sido aceptado en algunas otras ramas económicas.
Islandia, un país con menos de cuatrocientos mil habitantes, tiene una economía muy propensa al recalentamiento. De hecho, en estos momentos tiene riesgo de alta inflación debido a que el año que acabó creció nada menos que un 7 por ciento, con aumentos salariales frecuentes que han provocado un incremento del dinero circulante y de la inflación.
Las compañías hoteleras temen que se durar el conflicto tenga influencia en la imagen turística de la isla. Los sindicatos, sin embargo, creen que el acuerdo con la patronal está cercano.