Sevilla se suma a la lista de destinos españoles donde grupos “antiturismo” salen a las calles para protestar contra el principal motor económico de España. Tras los mensajes turismofóbicos vistos en Canarias, Barcelona y Baleares, ahora, la plataforma “Sevilla se muere”, ha organizado concentraciones para exigir limitaciones en la llegada de visitantes (La oleada turismofóbica ya ahuyenta a turistas en Canarias)
Según informa El Confidencial, la asociación pone el foco en tres aspectos: el fuerte incremento de las plazas turísticas, la proliferación de grandes eventos y la ocupación de las vías por parte de bares y restaurantes. “Es insostenible”, apunta su presidente, David López, señalando que “es algo que no ocurre solo en el casco histórico, sino en toda Sevilla” desde hace “5 o 6 años” (Brotes de turismofobia en España con ataque incluido a un autobús turístico).
Pone como ejemplo lo visto durante la final de la Copa del Rey, que provocó la llegada de unos 80.000 hinchas del Athletic Club y de otros 20.000 del RCD Mallorca. El evento, que dejó unos 80 millones de euros en las arcas andaluzas, ha servido como arma arrojadiza para los activistas, que critican que Sevilla está “muy sucia, muy turistificada, muy barificada”, apuntaban en sus pancartas.
Asimismo, “Sevilla se muere” muestra su preocupación sobre lo que ocurrirá durante la conocida Feria, cuando el Ayuntamiento ha organizado visitas guiadas por un precio de 7 euros. “Como si fuéramos monos de zoológico», protesta, criticando que se quiere convertir la ciudad en un “parque temático”.
La entidad tampoco se olvida de los pisos turísticos, algo que sí es causa real de la masificación que viven las ciudades. En la actualidad, Sevilla cuenta con 45.000 plazas legalizadas destinadas a este segmento, a las que habría que sumar la oferta ilegal, que en muchos casos suele ser mucho mayor que la primera.
Con todo ello, pese a las duras críticas, el líder de la organización aclara que “aquí no hay turismofobia, pero las cosas se pueden hacer de forma sostenible”. Así, exige una moratoria para frenar el alza del alquiler vacacional y que se deje de utilizar para “sacar la mayor rentabilidad en el menor tiempo posible”.