Díganme que no es verdad que la Generalitat de Cataluña ha aprobado un decreto por el cual los ciudadanos en general podremos acceder a las piscinas de los hoteles (Golpe al turismo en Cataluña: los hoteles tendrán que abrir sus piscinas a la ciudadanía).
Díganme que no es verdad que alguien en Cataluña ha creado la figura del refugio climático, que se aplica a los hoteles, cuya certificación va a expedir un funcionario del Ayuntamiento en el que se encuentre el establecimiento.
Díganme que todo esto no se ha hecho por la sequía que tenemos en España y que, por supuesto, ni es la primera ni será la última vez que sufrimos.
Yo no estaba a favor de las procesiones que organizaban las parroquias locales, sacando a las vírgenes a hombros para ver si así llegaba la lluvia, pero la verdad que estas medidas catalanas me hacen pensar que el ser humano no ha evolucionado tanto si lo que termina por reproducir son conductas tan absurdas como estas.
¿Qué todo el mundo podrá entrar a la piscina de un hotel, quiera o no la propiedad? ¿De verdad? ¿Qué esto se aplica sólo en Cataluña? ¿De verdad?
Por supuesto, está habiendo cambio climático, porque hay incontables indicadores que lo demuestran, pero no está tan claro que la falta de lluvias sea provocada por el cambio climático. Hay áreas de Europa en las que en los últimos años está habiendo un aumento de las lluvias, con lo que cuesta mucho establecer una lógica a todo esto.
Y, por supuesto, cuesta pensar que esto al final suponga que todos podamos acceder a una propiedad privada, por deseo del político gobernante.
Espero que me digan que nada de esto es verdad. Ojalá. Nadie quiere que este país pierda aun más la cordura.