Imagina embarcar en un vuelo sin tener que mostrar el pasaporte, el DNI o el billete ni una sola vez en el aeropuerto.
En 2025 podría ser así en el Aeropuerto Internacional Zayed de Abu Dhabi.
El aeropuerto es conocido por su infraestructura de alta tecnología y recientemente fue elogiado por el empresario Elon Musk con las palabras «EE.UU. necesita ponerse al día».
Ahora pone en marcha su proyecto Smart Travel, cuyo objetivo es instalar sensores biométricos en todos los puntos de control de identificación del aeropuerto, desde los mostradores de facturación a las cabinas de inmigración, las cajas libres de impuestos, las salas VIP de las aerolíneas y las puertas de embarque.
La biometría son las medidas biológicas que nos identifican como individuos. Gracias a estos sensores, en cualquier punto en el que se requiera un documento para el acceso, la identidad del pasajero y su situación de viaje pueden verificarse mediante el reconocimiento facial o del iris.
La novedad
En Abu Dhabi, la tecnología ya se utiliza en algunas secciones del aeropuerto, sobre todo en los vuelos operados por su aerolínea asociada Etihad. Sin embargo, su ambición de extenderse a todo el flujo de pasajeros supone un gran avance.»Vamos a ampliarlo a nueve puntos de contacto, lo que sería una primicia mundial», afirma Andrew Murphy, director de Información del aeropuerto de Abu Dhabi.
«Está diseñado sin necesidad de inscripción previa, los pasajeros son reconocidos y autenticados automáticamente a medida que se desplazan por el aeropuerto, lo que acelera considerablemente todo el proceso».
Murphy explica que a toda persona que llega por primera vez a los Emiratos Árabes Unidos, ya sea residente o turista, la Autoridad Federal de Identidad, Ciudadanía, Aduanas y Seguridad Portuaria (ICP) le recoge sus datos biométricos en inmigración.
El sistema del aeropuerto recurre a esta base de datos para verificar a los pasajeros a medida que pasan por los puntos de control.
«La singularidad de esta solución biométrica radica en que se asocia con la ICP para utilizar esos datos con el fin de que la experiencia del pasajero sea fluida. Y por eso todo el mundo puede utilizarla», explica.
Murphy afirma que el propósito es facilitar el flujo de pasajeros, haciendo que el tránsito sea mucho más rápido. De momento, la implantación inicial lo ha demostrado.
«La gente informa que pasa de la acera a la zona comercial o a la puerta de embarque en menos de 15 minutos, y si tenemos en cuenta que se trata de una instalación enorme, […] capaz de procesar 45 millones de pasajeros, poder moverse por un aeropuerto de ese tamaño en cuestión de minutos es realmente innovador», afirma.
Opción de exclusión
En una encuesta realizada en octubre de 2023 por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), el 75% de los pasajeros afirmó que preferiría utilizar datos biométricos en lugar de pasaportes y tarjetas de embarque de papel.
Para el 25% restante de personas, que podrían sentirse incómodas con la tecnología o prefieren las interacciones humanas, Murphy asegura que pasar por una verificación más tradicional del pasajero seguirá siendo una opción.
Dar a los pasajeros la opción de pasar o no por el reconocimiento facial cuenta con el respaldo de los responsables políticos internacionales, especialmente cuando se trata de quienes no están acostumbrados a transitar por un aeropuerto.
«Si alguien solo viaja una vez cada dos o tres años, como es el caso de muchísimas personas, entonces de hecho puede que prefiera una interacción humana que le oriente», afirma Louise Cole, responsable de experiencia del cliente y facilitación de la IATA.
«Creo que el toque humano se reduce a la elección personal, y se trata de dar a los clientes una opción que refleje lo que tenemos en otros entornos», añade.
Además, si se viaja con niños pequeños, sigue siendo obligatorio mostrar la documentación a un miembro del personal, aunque el límite de edad puede variar de un aeropuerto a otro.
«Mantenemos el sistema reservado para personas a partir de 12 años porque nos damos cuenta de que con los niños más pequeños […] sus rasgos faciales cambian con bastante rapidez», explica Murphy.
También podría tratarse de una cuestión de cumplimiento de directrices y políticas mundiales.
«Hay otros aspectos de los viajes internacionales en los que participan niños para los que puede no ser apropiado utilizar datos biométricos», dice Cole. «Hay que asegurarse de que el niño viaja con el cuidador adecuado», añade.
Competencia mundial
Otros aeropuertos del mundo también confían menos en el papel y más en la biometría.
En el informe de octubre de 2023 de la IATA, el 46% de los encuestados afirmaron haber utilizado antes esta tecnología en un aeropuerto.
Sin embargo, ningún aeropuerto se considera oficialmente libre de pasaportes.
«Sé que hay muchas intenciones de poder llegar a esa experiencia biométrica totalmente sin contacto», dice Cole, «pero una de las razones por las que la industria está tan atrasada es que es difícil imaginar cualquier otro proceso de consumo por el que pases en el que tengas que detenerte y probar algo una y otra y otra vez».
Con todo, hay algunos ejemplos de progreso, en todo el mundo.
El aeropuerto Changi de Singapur es uno de los líderes en implementar esta tecnología. Al igual que Abu Dhabi, también se ha asociado con la autoridad de inmigración de su gobierno para desarrollar una autorización biométrica a la que puedan acceder tanto residentes como turistas. El sistema se implantará progresivamente, a partir de este mes.
El Aeropuerto Internacional de Hong Kong, el Narita de Tokio, el Haneda de Tokio y el Indira Gandhi International de Delhi también han puesto en marcha terminales biométricas en determinados puntos del tránsito.
La dedicación de los aeropuertos de Medio Oriente y Asia-Pacífico los sitúa a la vanguardia, según Cole.
«Estas regiones están marcando la pauta en la integración de la biometría en el transporte aéreo», afirma.
Los aeropuertos europeos también están dando pasos importantes.
El año pasado, la IATA se asoció con British Airways para probar el primer vuelo internacional con identidad digital totalmente integrada.
Despegando en Heathrow y aterrizando en Roma Fiumicino, un pasajero de prueba voló solo con su identidad digital, conocida como W3C Verifiable Credential. Su pasaporte, visado y boleto electrónico se almacenaron en una cartera digital, todo ello verificado por reconocimiento biométrico.
En Estados Unidos, el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras implementó la biometría en las zonas de llegada de sus 96 aeropuertos internacionales, y cincuenta y tres de ellos disponen también de esta tecnología a la salida.
Un mundo, una solución sin papel
Para Cole, garantizar que todas las pruebas y tecnologías estén alineadas es crucial para la eficacia y la seguridad.
Explica: «Los beneficios de una gran experiencia del cliente en un aeropuerto podrían perderse si el siguiente aeropuerto al que va el pasajero tiene una forma totalmente distinta de enfocarla».
La clave, siempre según Cole, es la estandarización y la cooperación internacional.
«Ser capaz de utilizar una única identidad digital en múltiples aeropuertos y con múltiples aerolíneas significa que obtendrás una mejor experiencia del cliente en general, [mientras] mantienes los componentes de privacidad en el núcleo y el manejo de los datos.»
A medida que aeropuertos como el de Abu Dhabi amplíen el uso de la tecnología biométrica, podrían marcar la pauta a seguir por otras zonas de tránsito, allanando el camino hacia los viajes sin documentos.
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